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¿QUIÉN FUE RODOLFO WALSH?

Actualizado: 13 mar 2023

Cada vez que tomo la línea E del subte y me bajo en la estación de nombre Entre Ríos, me encuentro con que su actual nombre es Entre Rios - Rodolfo Walsh y me pregunto si las personas saben: ¿Quién fue Rodolfo Walsh?


Naturalmente somos incitados a pensar que la persona que le da un nombre y apellido a un lugar de nuestra ciudad, es alguien que merece ser homenajeado, un ciudadano ilustre, alguien que tal vez haya realizado grandes aportes a la cultura, o a la ciencia, o a la prosperidad, alguien que en alguna manera muy personal y relevante ha colaborado al crecimiento de nuestra comunidad.

Pero investiguemos un poco quien fue Rodolfo Walsh. Nace en Rio Negro en enero de 1927. Realiza sus estudios primario y secundario en la ciudad de La Plata, en colegios religiosos, estudia dos años de Letras en la Universidad de La Plata, abandona la carrera. A partir de los 17 años trabaja en varios rubros, en algún momento empieza a escribir artículos para revistas y semanarios, comenzando así su carrera periodística y de escritor.

En 1953 publica su primer libro “Variaciones en rojo “y en 1957 su obra mas importante “Operación Masacre”, considerada novela testimonial “no ficción”, un género nuevo en esa época. Escribe antologías, cuentos, obras de teatro e innumerables artículos políticos.

En cuanto a su actividad política, hasta 1957 sus contactos se limitan a un grupo de derecha neonazi y su accionar a apoyar el derrocamiento de Perón en 1955. En su paso por Cuba y Guatemala, por casualidad, logra interceptar y descifrar mensajes de la CIA y poco a poco se convierte en un experto en inteligencia e Información. En 1970 se comienza a relacionar con el peronismo hasta que ingresa a las Fuerzas armadas peronistas (FAP). Un tiempo después, en 1973, se incorpora a Montoneros junto con Horacio Verbistky. Rodolfo Walsh crea junto con otros colegas el centro de inteligencia e información de Montoneros. El grupo Walsh logra interferir en comunicaciones de la Policía Federal e informarlas en forma continua a Montoneros. Adicionalmente infiltra un joven estudiante en la Policía Federal. La policía es la fuerza que lucha contra el terrorismo en la ciudad de Buenos Aires, convirtiéndose en el blanco de Montoneros para debilitar la contraofensiva militar en la ciudad. Desde ese lugar estratégico como es la inteligencia y la información, el grupo de Walsh planifica y ejecuta el ataque más cruento y letal de la década y el segundo en la historia después del atentado a la AMIA en 1994. El joven infiltrado en la policía es el encargado de colocar la bomba en el comedor del edificio de la Policía Federal, provocando 23 muertos y 110 heridos, el 2 de julio de 1976. El objetivo de montoneros era la cúpula de la policía, sin embargo, solo dos oficiales, de bajo rango mueren. La operación está ampliamente detallada en el libro de Ceferino Reato, “Masacre en el comedor”.


Fotografía del comedor de la Superintendencia de la Policía Federal luego del atentado

El sangriento atentado nunca fue investigado, ni sus responsables juzgados. Las 23 víctimas asesinadas por la guerrilla no han recibido justicia y han sido ignoradas por la sociedad de la que participamos hoy. Los 23 muertos eran jóvenes sin relevancia alguna en el sistema más que lo que cualquier joven puede serlo en su búsqueda por un espacio de supervivencia en la situación en la que se encontraba nuestro país.

Rodolfo Walsh muere en marzo de 1977, en un enfrentamiento con las fuerzas militares y es considerado una víctima del “terrorismo de estado”, tenía derecho a matar pero no a morir.

Me pregunto sobre los hechos, me pregunto sobre la narrativa que lo convierte en héroe y me cuesta asimilar las razones que hacen que este nombre, sea merecedor de ser recordado. Es homenajeado como un gran hombre de la cultura, del periodismo y de las letras. Hay escuelas que llevan su nombre, un monumento y una estación de subte. La narrativa elegida para fijar esa terrible época en nuestra memoria olvida las víctimas inocentes, aquellos que, sin estar de un lado u otro, estaban en el lugar y momento equivocado. Parece que, para aquellos capaces de matar, en su código ético, hay muertos que no merecen estar muertos y otros que si.


Autora: Alicia Lagomarsino - Consejera General Comuna 14

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